Hace poco terminé la novela NEVERWHERE, de Neil Gaiman, impulsado por la admiración que desde hace bastantes años profeso por el autor británico. Como casi siempre hago, busqué algo más de información, encontrándome la sorpresa de que la BBC produjo una miniserie de seis episodios, que intentaba conjugar el espíritu aventurero y juguetón de este viaje alucinante a los submundos que bullen bajo la superficie de "lo cotidiano". En realidad, más que una historia de fantasía, lo que Gaiman proponía era ilustrar ese deseo arrebatado de huir de nuestras pobres y mundanas vidas, pero ante el que muchos dudaríamos si se nos pusiera por delante. Aquellos eran los primeros pasos literarios del creador de joyas como "Black Orchid" o "Sandman", que lo consagraron como uno de los guionistas más personales e inclasificables del cómic; y, pese a adolecer de una búsqueda constante de un estilo alejado de las viñetas, se sigue leyendo, 25 años después, con el mismo encanto que desprenden sus páginas. La miniserie, vista hoy (no tengo ningún recuerdo de que se llegara a emitir en España), es lo que es, uno de esos productos británicos hechos con más oficio y dedicación que medios, pero que se puede considerar un estupendo ejemplo de traslación de formatos. Se puede ver perfectamente de una sentada, con episodios que apenas llegan a la media hora, y sonreír asombrado con la ambientación subterránea, la aparición del gran Peter Capaldi, o el protagonista, Gary Bakewell, hoy muy olvidado, pero que venía de dar vida nada menos que a Paul McCartney, en aquella otra gran olvidada que era BACKBEAT. Hay que ser condescendiente con muchas cosas (era 1996), pero jamás con el genio creativo de Gaiman, o una cabecera impagable, a cargo del no menos genial Dave McKean y música (ojo) nada menos que de Brian Eno.
Recomendable para nostálgicos, admiradores y/o completistas, a los que me permito sugerir primero la lectura de la novela, cómo no.
Saludos.
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