sábado, 8 de febrero de 2020
Nido de serpientes
Volveremos con el señor Douglas, nunca dejaremos que se vaya, pero de momento aparcamos aquí este minihomenaje a uno de los más grandes actores de todos los tiempos. Y lo hacemos con un título que siempre ha sido una debilidad personal mía, un western raro, porque todo lo contaba con una especie de sorna cómplice, aunque terminaba dando una inteligente lección de moralidad. THERE WAS A CROOKED MAN, de 1970, comenzaba como muchas otra películas de aquella recién iniciada década; unos coloridos dibujos se empapaban de una alegre y pegadiza melodía, entonada por el gran Trini López, mientras una voz en off nos habla de un tipo capaz de engañar a su propia madre para salirse con la suya, un escurridizo atracador que, tras traicionar a toda su banda, se apropia los 500.000$ que acaban de robar, dejando la mayor parte en un agujero lleno de serpientes. Sin embargo, una tonta casualidad hace que lo atrapen, y allí despliega su maquiavélica mente con el objetivo de embaucar al grupo de prisioneros con los que comparte celda, y de paso esquivar al astuto nuevo alcaide, que sólo se fía de él a medias. Escrita por el gran Robert Benton y dirigida por el maestro Mankiewicz, que se tomó el rodaje como una gran diversión entre amigos, la película se mueve sin dificultad entre la comedia y el drama carcelario, con un puñado de estupendas actuaciones, pero con un tándem de lujo, el formado por unos excepcionales Kirk Douglas y Henry Fonda, que le dan personalidad y relieve a unos personajes que en otras manos bordearían la parodia.
De obligada revisión.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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