lunes, 24 de marzo de 2014

J. R. R. #5



Es curiosa la relación que ha tomado la saga de The Lord of the Rings, primero, y ahora con The Hobbit, respecto a los premios oscar, pues no deja de tener su gracia que se obvie de una manera tan descarada a la que probablemente sea la única genuina superproducción, enclavándola en apartados tan remotos como "Sonido", "Efectos sonoros" y "Efectos visuales" para, seguidamente, dejarla huérfana de reconocimiento alguno. No es que me moleste especialmente, el impacto de The Hobbit, reconozcámoslo, es mucho menor y admite distintas ondas de frecuencia, yendo tranquilamente hacia la franquicia como banco de pruebas para nuevas técnicas y malabares diversos. Eso es la máquina de hacer dinero, fuera de toda duda; después tocaría enhebrar con consistencia una historia que, sin perder sentido, sí es cierto que su insistencia por tocar todas las teclas la deja en un marco de "ya visto". Hay escenas muy espectaculares en THE HOBBIT: THE DESOLATION OF SMAUG, y Jackson parece haber encontrado en Guillermo del Toro el contrapunto perfecto a su jovialidad (a veces no demasiado bien entendida); el realizador mexicano es capaz de congelar sonrisas con su oscuridad, latente tras cada escena. Y si tuviésemos que organizar un itinerario para resumir dos horas y media un poco demasiado largas, tendríamos que empezar con que (otra vez) hay demasiadas persecuciones, (otra vez) se tiene la sensación de que los orcos son rematadamente tontos para cualquier cosa que hagan y (otra vez también) es bastante desesperante que toda la chicha se deja para la media hora final. Debo reconocer que ese conato de desenlace (porque no lo es) nos deja con ganas de más, y que la recreación de Smaug es acertada porque a su imponente presencia física se le une una perspicacia verbal capaz de competir con el estupendo Martin Freeman; su "enfrentamiento" dialéctico es prácticamente lo único por lo que merece la pena esta larguísima travesía. De qué será capaz el tándem Jackson/del Toro a partir de donde han dejado esta entrega es un tanto que ellos ya se han apuntado, porque es seguro que estaremos esperando hasta entonces.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!