domingo, 25 de noviembre de 2012

Rincón del freak #86: Asesinos que no pueden estar solos aunque quieran 6



No cabe en cabeza medio amueblada que alguien decida hacer un remake de una película, la remede en todo su desarrollo, y ésta no se parezca ni en lo más mínimo a la original. Hay que ser muy malo, muy manazas; o no tener muy claro de qué diablos se trata lo que se está haciendo. Algo así le pasó al ínclito y lustroso Michael Caton-Jones cuando fue contratado para ascender a la gloria el mito del Chacal; máxime cuando le notificaron que aquello contaría con el protagonismo de Bruce Willis y Richard Gere... Y eso que, a lo mejor, si le hubiesen puesto otro nombre, esto no empieza tan mal. Una típica trama de cinta de acción hollywoodense maniqueista, en la que los buenos son santos y los malos diablos; un poco de mafia rusa por aquí, servicios secretos de FBI por allá, y, aunque esté muy visto, se puede salvar el día. Pero no, porque de repente sale Willis intentando hacer de Edward Fox... y no cuela. Sidney Poitier, muy mayor, como un jefe del FBI que parece una madre, de lo bueno y comprensivo que es... Una agente rusa con la cara quemada que fuma y no se ríe... Y Richard Gere haciendo de... ¡Terrorista irlandés convicto enamorado de una etarra!... ¡De una etarra que habla inglés!... En fin... Pasado el primer susto, THE JACKAL va fotocopiando cada paso de la obra maestra  de Zinnemann pero en cutre. Fox encargaba un rifle ultraligero para matar a de Gaulle, Willis necesita un cañón de dimensiones gigantescas para cargarse a la primera dama; Fox iba dando esquinazo con pistas falsas, Willis va él mismo a la casa donde están los agentes para cargárselos, aunque le pillen. A esto añádanle que Sidney Poitier, como es lógico, se lleve de gira a Richard Gere, que más que un terrorista parece un playboy con canas, y lo tenga por ahí totalmente libre y armado... ¡un tipo que estaba en una cárcelde máxima seguridad!... No es una broma, pero parece una broma; y uno se puede llegar a tomar en serio hasta una peli de Leslie Nielsen, pero no una imbecilidad de este calibre... Para terminar, una recomendación: esta película contiene la única escena del cine en la que ustedes no podrán parar de reír mientras a Jack Black le arrancan un brazo... Lo juro...
Saludos tremebundos

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!