domingo, 7 de marzo de 2010

Tiempo, gitanos y otras hierbas

Recuerdo que vi GATO NEGRO, GATO BLANCO en Madrid, si no me equivoco en los Ideal. También me acuerdo de que el día antes había agarrado una monumental melopea a base de calimochos de a litro en el savoir faire de Huertas, así que no me apetecía ni por asomo tragarme dos horas de la hiperactiva estridencia visual de Emir Kusturica. Para rematar, me clavaron mil pelas de las de 1998, así que sólo ciertos encantos feminoides lograron que aquel día aciago, de resaca y nubarrones, entrase al cine para encontrarme precisamente con lo que me temía. Efectivamente, un montón de gitanos con sus cabras y sus carros, y sus trompetas y corriendo de aquí para allá porque es imposible que estén quietos ni un segundo. Y unos jovenzuelos se casan, pero hay unos gangsters al estilo gitano que no quieren y unos banquetes al aire libre de aquí te espero. Y todo el mundo persigue a todo el mundo, y si hay un par de dientes de oro pues allí que pone su cámara el bueno de Kusturica. Y al final no te has enterado de nada, pero como todo el mundo aplaude el slapstick pues tú no quieres ser menos y hasta parece que la resaca ya no es tanta, pero no es más que una ilusión, porque sales a la calle rodeado de sonrientes domingueros de sala y enfrente sólo hay un "seveneleven" comandado por un par de chavales que llevan una camiseta de Mercromina y otra de Clesa. Dicho cúmulo de sensaciones se te agarra cruelmente a la garganta como un gancho y por un momento crees haber asistido a un verdadero acontecimiento cinéfilo. Justo hasta que ves al gitano tirar de un trozo de lavabo que sobresale de un contenedor frente a la impertérrita mirada de un burro que tira de un carro hecho con dos somieres... y te das cuenta de que los gitanos no saben que Kusturica existe, ni falta que les hace...
Saludos B&W.

1 comentario:

Dr. Quatermass dijo...

El amigo Kusturica es una de mis asignaturas pendientes, francamente no se si tomarme tu reseña como una advertencia o una recomendación, aunque seguramente sean ambas cosas!

Un saludo!

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!