viernes, 12 de marzo de 2010

Solaz de frikis

Está claro que el bueno de Javier Fesser, antes de cargarse a Ibáñez y al Opus Dei (por ese orden), intentó ganarse un lugar en el exclusivo mundo de los creadores, los autores, los que obraron el milagro e hicieron algo de nada. Su aportación fue una curiosa película que parece ser lo que no es y termina siendo lo que no parece... E intentaré explicarlo.
EL MILAGRO DE P. TINTO parece excéntrica, pero en realidad es entrañable y costumbrista; en principio no se parece a nada que hayamos visto antes, pero entonces aparece toda la tradición del cómic humorístico-sarcástico de nuestro país, con el dios Ibáñez y el TBO a la cabeza mas los estropicios de la Warner. Esto es más un lastre que otra cosa, porque lo que empieza siendo un ingenioso galimatías guionístico, deriva en un inquietante abuso de la sustancia psicotrópica del cine: el efecto digital.
Fesser comienza tirándose a la piscina: P. Tinto es el hombre fuera de toda lógica y convención; pretende fundar una familia numerosa junto a Olivia, su mujer, que no ve tres en un burro. Para ello se van a vivir a un sitio en ninguna parte, pero los hijos no llegan, y es que la extraña pareja cree que los hijos "han de llegar", como simples pasajeros de tren. Y toda esta carga de ingenuidad y buenos modales logra sostener al film en su sorprendente primera parte, mientras nos preguntamos qué diablos va a pasar en la siguiente escena, porque el delirio es tal que nos esperamos una nave espacial tanto como una tortilla de patatas voladora o un repartidor de butano solipsista. El problema, como en casi todo el cine reciente, es que una vez está superada la maquinaria inicial ya hay pocas cosas que llamen la atención y todo el film se convierte en un inmenso slapstick ibérico al que sólo salva un genio de la interpretación que curiosamente sólo tuvo este papel protagonista en su dilatada carrera, hablo de Don Luis Ciges.
Saludos con Casera.

3 comentarios:

Kinezoe dijo...

A mí me parece una maravilla de principio a fin. Yo no aprecio que decaiga en ningún momento. Es ingenua, divertida, delirante... Sus personajes son todos entrañables y en cuanto a los efectos digitales, bueno, en este caso están al servicio de ese derroche imaginativo con que nos sorprendió a todos Javier Fesser en su primer trabajo. Lástima que no haya vuelto a dar señal de ese mismo tipo de cineasta con talento desde entonces... Me parece un producto arriesgado (para lo que viene siendo el cine español actual) y digno de todos los reconocimientos. Y es que diez años después de "Amanece, que no es poco" volvió a surgir otra obra a la altura.

Por cierto, GIBRALTAR ESPAÑOL!!, que aquí nadie se atreve a decirlo...

Saludos (de fabricación nacional, por supuesto).


PD: Me encanta el friquismo de P. Tinto, de lo mejor que había visto en mucho tiempo :-)

atikus dijo...

A mí me encanta, desde ese comienzo con el corto en B/N y por su puesto con Don Luis Ciges como bien dices, un gran actor.
Sin duda una peli diferente y muy fresca, diria yo ;)

saludos

Dr. Quatermass dijo...

Que grande es esta película, lamentablemente Fesser se ha ido por otras coordenadas pero nuestro Jeunet o Gilliam particular debe volver por sus fueros.

Particularmente la escena inicial es tremenda y hay un gag que cada vez que lo recuerdo me río : "Hijo mío te he de dar una noticia : eres negro". Obviamente sostener toda la película en un carrusel de gags es complicado pero sale adelante bastante bien.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!