A lo mejor no lo parece, pero sí creo que la película de hoy está en esta sección por méritos propios. Incluso sin ocultar su condición de "comedia romántica bobalicona de los 90", porque ahí radica el extrañamiento que me produce encontrarme con L.A. STORY tantos años después. Partiendo de una idea original de Steve Martin (a la sazón, guionista y protagonista), veo un armazón engañoso, una de esas comedias físicas e intrascendentes, que viste sin pudor todo el horterismo de una década y una ciudad que, fíjense, nunca casaron mejor mutuamente. Todo es una treta, y Martin, un estrambótico hombre del tiempo, pasa de chiflado neurótico a romántico empedernido, tras conocer por casualidad a una reportera inglesa de paso en Los Angeles. Y por su puesto que están las idas y venidas, los diálogos rápidos y tontuelos, o el lucimiento del propio Martin, pero es un film extraño, en el que una ciudad tan refractaria y poco acogedora se muestra más entrañable que nunca, y donde nada menos que un cartel informativo a pie de autopista ejerce como consejero sentimental de este cuarentón, que busca consuelo en una jovencita porque la mujer de la que se ha enamorado no quiere saber nada da él. Es divertida con moderación, del mismo modo que suelta sus píldoras de romanticismo, con una timidez poco frecuente en el Hollywood de aquellos años; por eso hay muchas cosas que das por sentadas y luego acontecen de forma diferente. Por todo eso, y por lo diametralmente opuesta a cualquier cosa que se pueda ver hoy en un cine en estos términos, yo la recomendaría para ver con ojos desprejuiciados.
Saludos.
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