AS BOAS MANEIRAS, además de una propuesta singular como pocas en el panorama fantástico, es una película que, precisamente en su irregularidad, encuentra caminos tangenciales para extraer su valía como relato de sororidad femenina, justo antes de implosionar hacia terrenos más propios del terror canónico. Clara es una mujer que intenta abrirse camino desesperadamente, hasta que llega a la casa de Ana, que busca una ayudante a tiempo completo hasta que tenga al bebé que espera. Ese primer tramo está espléndidamente construido, apoyado en dos magníficas actrices, que transitan por una improbable camaradería, dado lo opuesto de su extracción social, pero que nunca chirría merced a un guion sin estridencias, y que introduce el elemento sobrenatural con suave cadencia, la que da paso a una amistad hermosa pero imposible. Me resisto a contar mucho más, puesto que el film se va hasta más allá de las dos horas, con un giro que no por esperado es más chocante. Me hubiese gustado ver qué deriva tomarían los directores de haber exprimido más esa ejemplar historia entre dos mujeres golpeadas, que encuentran el sosiego la una en la otra. Aun así, estamos ante dos creadores con el suficiente criterio como para esperar futuros proyectos, ya que éste fue su última colaboración y data de 2017.
Esperaremos.
Saludos.
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