Pues resulta que Elvis no había muerto, sino que logró pasar desapercibido mediante un plan maestro, que consistía en hacerse pasar por su mejor imitador, logrando así su objetivo al tiempo que disfrutaba encima del escenario sin que nadie sospechase nada. Pero el tiempo pasa incluso para el Rey, y un día despierta en la cama de un geriátrico, con la cadera rota y un compañero de habitación moribundo. No es su mayor problema tampoco que Priscilla y su hija se hayan olvidado de él, o que hayan pasado años desde su última erección. No, porque Elvis Presley tendrá la honorable misión de salvar el mundo de la amenaza de una momia egipcia milenaria, que ha regresado para alimentarse de cuantas almas pueda. Por si esto fuera poco, en la residencia va a tener como aliado a un tipo que afirma ser el mismísimo John F. Kennedy... con la particularidad de que es un señor negro. Todo esto imaginó Don Coscarelli, ese adorable cachondo mental, para filmar BUBBA HO-TEP, un demencial proyecto para el que embaucó a Bruce Campbell, que resuelve un Elvis tan paródico como patético, en una serie B sin cortapisas, consciente de sus limitaciones y aprovechando su inercia cómica.
Si no la han visto aún, están tardando en descubrir esta absoluta locura, libre de prejuicios y ataduras comerciales.
Saludos.
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