sábado, 16 de septiembre de 2023

Pesadillas de un seductor


 

No me atrevo a imaginar las razones por las que alguien decidió hacer un remake de ALFIE, casi cuarenta años después, y sin aportar nada mínimamente original, excepto un plus de conservadurismo ñoño e innecesario. Sin ser una mala película (inocua, sería el término), este ALFIE no ha entendido nada del demoledor e inmisericorde retrato masculino que se erigía tras la portentosa interpretación de Michael Caine. Aquí, Jude Law, que es lo mejor de muy lejos, reinterpreta la visión cínica y desapegada del original, para desembocar en una incomprensible sesión de autocompasión, como si el mito del sempiterno soltero necesitase una lección que le hiciese replantearse las bondades de la vida fiel. Aparentemente es la misma película, pero sólo en el exterior, y ni eso si contamos el vomitivo recurso de preñar la pantalla (literalmente) de fotografías cuquis, como si hubiésemos pedido un magacín o algo así. Como comedia tontuela le otorgo que se eleva un poco de la media, gracias al encanto de Law y apariciones de categoría, como la de Marisa Tomei o Susan Sarandon, pero es olvidable casi por definición. Y ahora pienso en lo bien que le habría sentado un cameo del propio Caine...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!