Periódicamente, no sé por qué, un escrito aparece por estas páginas, rompiendo la previsible linealidad de las mismas. Casi siempre han sido acontecimientos extraordinarios los que han motivado, valga la redundancia, dicha excepcionalidad. Ésta ha sido una semana dura, extraña, repleta de vaivenes y contratiempos, en la que lo que menos me apetecía era escribir. Pero escribir es mi vida, y lo único que creo saber hacer decentemente. No habrá intervalo, ni voy a imponer un suspense que no merece la gente que tan generosamente ha acudido al Indéfilo como alivio, reposo o, sí, saludable rutina. No, no voy a dejar de escribir, y mi empeño, también personal, será seguir al pie del cañón, hasta que no quede una línea más que decir.
Hace muy pocos días, entre sorprendido y divertido, me encontré con lo que considero una "extraña anomalía", si es que tal cosa existe. Era aquello de la entrada que había ofendido a nosequién, y que había convencido a Blogger de que éste era un blog que contenía material ofensivo o delicado. Qué cosas. Esto, ya resuelto, ha quedado como lo que era, una anécdota sin importancia. Lo que no es anecdótico es el agradecimiento que el autor de este blog desea transmitiros a todos vosotros, sin dramatismos ni sentimentalismos, sino con un sentimiento de pertenencia y correspondencia, como de bella y espontánea comunidad. A mí me sirve, especialmente ahora, y por ello, aun necesitando una gran fuerza de voluntad, necesitaba esta entrada, que no es mía sino vuestra, como todo lo aquí contenido.
Vamos a seguir, debemos seguir. Sin desfallecer, poniendo amor en cada línea y respeto a todos los que seguimos contribuyendo a que la cultura sea preponderante, precisamente porque sus enemigos jamás querrán saber nada de ella. Vosotros hacéis este blog, porque vosotros me empujáis cada día a que me tome el placer de ponerme delante del teclado y hacer lo único que sé hacer.
Gracias infinitas...
3 comentarios:
Gracias a ti por todos estos años. Da igual la película (si es buena o mala, si la he visto o no, si la quiero ver o no tengo ninguna intención de hacerlo), leo todas tus reseñas, siempre aportan algo.
Por las noches, cansado, aburrido y agobiado, me tomo una cerveza de pie en la cocina mientras se cuece el arroz o se sofríen la verduras, y le dedico unos minutos al Indéfilo. Y entonces, por un rato, todo está bien.
Qué tal, compañero. Lo primero es agradecerte el comentario, ésta ha sido de las peores semanas de mi vida, y siempre es terapéutico recibir algo de atención directa.
Lo segundo es que me he tomado la libertad de visitar tu perfil, pues no recordaba verte antes por aquí (aunque es cierto que no suelo tener muchos comentarios), con la grata sorpresa de que regentaste un blog, que aunque breve me ha parecido sumamente original e interesante.
Por ambas cosas, gracias y aquí estaremos para buena gente como tú.
Estoy de acuerdo con Hermanos Alquezar - 'da igual la pelicula...siempre aportan algo'. You wear your heart not on your 'proverbial' sleeve, but in your writing and that is why your blog breathes both the fervent and the earnest. There's just such a refreshing honesty to your writing - I'm sure that is why you have a community of readers who read the blog. So please, whatever the vagaries of life bring you (and I am sorry you have had a difficult time lately), your solace is your writing and ours is reading it. A big hug to you. x
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