Las películas basadas en videojuegos me han venido interesando lo justito, apenas ensayando algún ramalazo nostálgico, si por cuestiones temporales hubiese reconocido el título en cuestión. El de hoy, por tanto, no debería pasar más allá del bochorno premeditado, y por varias cuestiones. Es cierto que MORTAL KOMBAT fue un videojuego tremendamente famoso en su momento, pero a mí ya me pilló mayor, y tampoco los de lucha eran mis favoritos. Después, las adaptaciones que ya se han hecho anteriormente son tan rematadamente malas, que podría ser una temeridad afirmar que éste era un buen momento para recuperar una ¿franquicia?... Y sin embargo, hete aquí, este MORTAL KOMBAT'21 ha aparecido de la nada, sin pedir permiso a nadie y muy a contracorriente de las últimas tendencias en cine estricta y descaradamente palomitero. Y lo curioso es que funciona, y que también es una película tontísima, con el coeficiente justito, con un montaje descacharrado, una trama inferior a la de Pocoyó y unos actores siempre al borde de la carcajada o la miradita de través. Pero funciona, maldita sea. MORTAL KOMBAT no pasará a la historia por nada, y a más de un crítico le va a dar alergia ponerse con ella, pero hay que reconocer cuándo un producto, por sobado y teledirigido que esté, cumple a la perfección con su cometido. E incluso me permito una reflexión que no sé si es pertinente: con lo que llevamos tragado (en todos los sentidos) este último año, a lo mejor es higiénico abandonarse alguna que otra vez en propuestas como éstas, y que tan poco tienen que ver con la pedantería de "iguanas vs. monos" o "justicieros en mallas", precisamente porque aquéllas se tomaban muy en serio a sí mismas.
Y sí, hay fatalitys. Y molan...
Saludos.
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