miércoles, 16 de diciembre de 2020

El espejo roto #16


 

"Panic" es una canción de The Smiths, en la que Morrissey escupe tres o cuatro frases en las que sintetiza la maldad de ser un romántico en una Inglaterra que va desgranando, ciudad por ciudad, hasta explotar en una extensa letanía repetitiva en la que nos invita a "colgar al DJ", en una elocuente expresión de rabia y frustración. "Hang the DJ" (el cuarto episodio de la cuarta temporada de BLACK MIRROR) se pretende más misteriosa y evocadora de lo que finalmente resulta ser; o mejor dicho, conduce al espectador por un campo abonado, para terminar pasando de ese campo y mostrar lo que hemos tenido delante de las narices todo el tiempo. Al contrario de lo que se podría pensar, no es un capítulo en modo alguno complejo, sino un magnífico ejemplo mediante el que el creador domina a la perfección su propio relato, y se sabe capaz de modularlo hasta un final que podría ser cualquier cosa, y que estúpidamente rechaza dicha perfección, para terminar abrazando un sesgo orgánico y desde luego más confortable. Brooker nos habla de una sociedad en la que un algoritmo empareja a las personas hasta hacerlas encontrar su pareja ideal, momento en el que esta especie de aplicación demuestra el éxito de su empresa. Sin embargo, asistimos atónitos a dos de ellos que se conocen y congenian, aunque la aplicación sólo les ha dado unas doce horas, momento en el que deben despedirse, y por lo tanto conocer otras personas. Y curiosamente, el siguiente emparejamiento dura nada menos que un año, aunque ni él ni ella soportan a quienes les han propuesto; en realidad, nunca se han olvidado, quizá con la esperanza de que "el sistema" tenga la deferencia de volver a emparejarlos. Y esto ocurre, pero una imprudencia hace que su tiempo juntos vaya disminuyendo drásticamente, lo que los sume en la angustia propia de quien no puede estar con la persona a la que ama de verdad. E insisto. Su resolución no es tan amarga ni apocalíptica, al contrario, devuelve una mirada humanista y protectora a todos esos amantes desesperados que describía Morrissey, y puede que hasta les llegue a guiñar un ojo...
Estupendo capítulo, que podría ser la idea de partida para un largo.
Saludos.

2 comentarios:

car dijo...

I had to go back to watch this episode again after my visit to Morrissey live in Brighton last week, whilst at the same time living through this complete car crash of a British government. Only remedy - I had to return to my one and only faithful, Charlie Brooker, to restore my sanity (he actually wrote two days ago on his Twitter " The fucking government is like malware you can't remove. General election NOW"...love his cutting metaphors!). So, David, here I find (I knew your blog wouldn't let me down) a review of this most amazing of episodes from Black Mirror. I bet when you wrote this, you never realised that England would be threshing at its own heads to soon self-implode with this pathetic excuse of a government. 'The system' is definitely more than broken here and no algorithm can help this one. But, like the 'mirada protectora' of the lovers, hopefully it will return to something more 'humanista' one day. Thanks for sharing this pertinent review in these crazy times, David.

dvd dijo...

Sorry for your politicians (and here too). Anyway, so glad of your beautiful comments, and send you a big big kiss!!!...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!