Se habla poco del Peter Jackson pre-TLOTR, o al menos esta etapa ha quedado, no sé si injustamente, bastante olvidada; y cuando volvemos repentinamente a aquellos primerizos títulos, nos encontramos con un director muy interesante, con un estilo, cierto es, no tan pulido, pero siempre muy personal y libérrimo. Y puede que sea THE FRIGHTENERS, de 1996, la película-puente entre ambas etapas, al contar el neozelandés por primera vez con un presupuesto de enjundia, y por notársele un pie en la profesionalidad y otro en un amateurismo que aún sigue ofreciendo con cuentagotas. Éste fue un proyecto apadrinado por Robert Zemeckis, que fue de los primeros en ver el gran potencial de Jackson, poniendo a su disposición el arsenal de la Universal; comenzando por un Michael J. Fox que, todo hay que decirlo, ya por entonces notaba decaer su extraordinaria fama, pero que aún tenía el tirón suficiente para protagonizar esta historia de fantasmas, con mucho de comedia, pero también de intriga sobrenatural. Lo cierto es que no se trata de un film de terror ni mucho menos, sino de un improbable cruce entre LOS CAZAFANTASMAS o CUENTO DE NAVIDAD, aunque lo más interesante ni siquiera sean aquellos efectos digitales (hoy tremendamente anticuados), o la interminable lista de referencias (de Kubrick a Bergman), sino el ingenioso guion elaborado por el propio Jackson y Fran Walsh, que en sus momentos más delirantes se puede considerar una amalgama de screwball comedy, gore y giros de guion imposibles. Es decir, que de una película pretendidamente espectacular (por lo del espectáculo), y que probablemente era la que rondaba la cabeza de Zemeckis, se pasa al talento de un tipo que, precisamente por dominar todos esos medios, opta por desarticularlos y transformarlo todo en su fiesta particular.
Francamente, podría haber sido una maravilla, pero el tiempo le ha dado tanta razón como se la ha quitado, y algunas partes han envejecido regular.
Saludos.
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