jueves, 31 de diciembre de 2020

La caída en desgracia del caníbal burgués


 

Al contrario de lo que él pueda pensar, Nolan no incomoda, ni horroriza, ni tampoco innova. Esa vía está muerta, celebremos WEEK-END y despidamos este año horrible con una película que sí incomoda y horroriza, y desde luego innova. Concebida como un jugoso escupitajo a la imbecilidad de la burguesía, se puede trocear en tres partes muy diferenciadas, casi tres películas independientes, aunque un rayo la atraviesa de principio a fin: insoslayable, el ruido. Porque WEEK-END puede que pase por ser una de las películas más estridentes de la historia, y (cosa rara en mí) con la capacidad de ponerme nervioso en según qué tramo. El inicio, de todas formas, es más bien inquietante, con una joven describiendo a su amante una experiencia sexual con el matrimonio que luego será el protagonista de la cinta. A media luz, y sin omitir un solo detalle, nos pone ya en situación de lo que vamos a ver. Y lo que vamos a ver es a esta pareja de pequeñoburgueses, desquiciados, chocando su descapotable, insultando a todo el mundo y planeando la muerte de la madre de él, con tal de quedarse con su patrimonio y darse la gran vida. Ahí comienza un apabullante plano-secuencia, un travelling imposible a lo largo de un atronador atasco, por el que va pasando el impávido descapotable, y con el que Godard efectúa una maravillosa interpretación de lo que él llama "un día parisino", con coches accidentados y muertos junto a gente que juega al ajedrez y niños que corretean. Hasta ahí no hay tregua, luego Godard se repite un poco y comienza con sus disertaciones marxistas y sus imágenes metafóricas, pausando el ensordecedor orgasmo al que estábamos asistiendo, aunque aún nos regale dos o tres momentos impactantes, incluyendo la decapitación de una gallina y la muerte por mazazo en el cráneo de un cerdo, con lo que el bucólico fin de semana burgués queda colmado. Al menos por este año...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!