"Crocodile" es una decepción muy bien hecha, lo que requiere una serie de explicaciones acerca de este episodio de BLACK MIRROR. Lo primero es que su argumento no tiene nada de original, y sigue el típico patrón de los thrillers criminales, en los que se pone de manifiesto el juego del gato y el ratón, en este caso tipificando la progresiva transformación de una mujer tras un suceso truculento, vivido quince años antes. Es curioso, porque se hace imprescindible no desvelar nada de su trama, pero al mismo tiempo me pone muy furioso que esté meridianamente claro lo que va a pasar con tres cuartas partes del episodio por delante. Hay un problema claro de guion, de traslación de ideas a la brillante imaginería visual del australiano John Hillcoat, creador de imágenes inquietantes, y apoyado en la aún más inquietante Andrea Riseborough, que aquí adelantaba mucho de su apoteósica interpretación de este mismo año en POSSESSOR. Un episodio, en fin, que roza lo gratuitamente desagradable, incluso amoral, y cuyo problema fundamental, aunque hablemos de ciencia ficción, es la verosimilitud, lastrada por un sentido del ritmo que no fluye, sino que brinca a hipidos.
Se puede ver, y, parafraseando a Brooker, también se puede olvidar.
Saludos.
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