lunes, 16 de enero de 2017
Mi querido señorito
VERGINE GIURATA es la ópera prima de la italiana Laura Bispuri, que apenas contaba con un par de cortos desde hace más de un lustro. Presentada en el pasado Festival de Berlín, es, a grandes rasgos, la historia en primera persona de una mujer que atraviesa un drástico proceso de transformación, solo que al estar contado en clave de flashback puede que irrite al espectador menos dispuesto a estar pendiente de su mínima, casi inexistente argumento a tiempo real. La premisa es interesante, puesto que parte de una zona rural y deprimida de Albania, donde las mujeres son menos que un perro (esto es literal) y a algunas les queda un extraño método de salvación para no acabar sometidas y anuladas: jurar su virginidad y adoptar los modos y apariencia de un hombre. Hana, la protagonista, aparece un día en la puerta de su hermana, que huyó a Italia tiempo atrás, pero debe guardarle el secreto, porque ahora es Mark, un primo lejano.
Y hasta ahí el argumento, interesante, exótico, sujeto a interpretaciones culturalmente jugosas. El problema es que el film es un plomazo de tomo y lomo, sin ritmo, sin sorpresas, sin aditivos. Una especie de suma respetuosa, de mirada torvamente antropológica y cuyo nivel general apenas si puede sostener la estremecedora interpretación de Alba Rohrwacher, que es lo más sobresaliente de una película que se hace larga sin serlo y que expone la bisoñez de su directora, a la que habrá que seguir atentamente en futuros proyectos, esperemos que más pulidos y esmerados.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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