lunes, 4 de febrero de 2013

... y así seguirá siendo



Hoy, y ya tocaba, voy a hablar de una maravillosa película, una de mis favoritas; un puntilloso paseo por un momento y una época que se revela, increíblemente, en absoluta consonancia con nuestra convulsa y propia época. En THE GO-BETWEEN, Joseph Losey, apoyado en el excelente guion que Harold Pinter puso en pie a partir de la obra original de Leslie Poles Hartley, daba buena cuenta de las diferencias sociales en la sociedad inglesa de principios del Siglo XX, y más concretamente en una mansión (y alrededores, por supuesto) perteneciente a los Maudsley, integrantes de la high class de más rancio abolengo ¿El mérito? usar una trama que oscila entre lo folletinesco y lo romántico/azucarado, puntearlo con el pesado barniz del recuerdo (encarnado en la figura, típicamente "Peeping Tom", de su joven narrador mucho tiempo después), y que nada de ello eche por tierra el acusado clima de denuncia, sarcasmo, e incluso desaliento. Más allá de su repiqueteo, y bajo multitud de capas y estratos, se impone el relato incrustado y en un tono casi de sueño, dejando constancia de un momento concreto. No es sólo el imposible romance entre la niña pija y el rudo arrendado, como tampoco se queda en el aprendizaje forzoso al que se ve sometido el muchacho, convertido en incansable mensajero primero del "prometido oficial" y la díscola Marian, y después, secretamente, entre ésta y su amante. La maestría de la mano de Losey es patente en la suavidad con la que mezcla cada aspecto, en el fluir de lo que se nos está contando sin que nunca aparezca confuso ni velado, no para nosotros, aunque sí para los personajes que asisten, unos atónitos y otros maquiavélicamente complacidos, a un escándalo que, efectivamente, es mucho más significativo, puesto que arrastra todo un mundo de injusticias, abusos y sometimiento, tal y como ocurría en la Inglaterra arrendataria y colonialista. Mención aparte merece un reparto soberbio, encabezado por mi musa particular (lo he dicho tantas veces...), una bellísima y estupenda Julie Christie en lo más alto de su carrera y un inolvidable Alan Bates, que borda un personaje repleto de matices; sin mencionar a un ramillete de secundarios, que nunca lo son por patente presencia. El gran Edward Fox, como el impotente y despechado Hugh Trimingham, que calmaba sus ardores en el frente; Michael Gough, como el apocado Lord Maudsley, y su mujer, interpretada por la estupenda Margaret Leighton, que estuvo incluso nominada al oscar. El film ganó la Palma de Oro en 1971, pero su gran logro fue, quizá, resarcir a Losey y situarlo en un lugar acorde a su calidad como cineasta tras su exilio forzoso más de quince años antes. Un clásico absolutamente moderno.
Saludos correspondidos.

8 comentarios:

David dijo...

Tal vez mi favorita de las suyas que he visto (y me vi un ciclo bastante completito en el 2011).
A mí el personaje de Hugh me cayó bien... Más que impotente y despechado.. .no sé... es amable con el crío, acepta lo que ocurre (en ese sentido sí que hay una impotencia), y le veo como a alguien marcado por la guerra.
Gran película, sí. Y la banda sonora me gusta mucho.
Ahora que...la calidad de Losey como cineasta..mmm. sí. tiene algunas que estuvieron muy pero que muy bien, vale... pero otras fueron regular... y mejor no me hagas recordar cosas como Boom!, Modesty Blaise o La inglesa romántica.
Un saludo.

ricard dijo...

Guardo un muy buen recuerdo de esta película.

dvd dijo...

Losey es un director de tono pesado, incapaz de aligerar la carga; para un espectador realmente cinéfilo es una bendición su mezcla de profesionalidad y concienciación ética, pero para un espectador medio, su ritmo lento y deleite en los detalles puede exasperar. A mí me parece un cineasta interesantísimo, y su primera etapa norteamericana, aunque corta, tiene títulos que merecen la pena ser revisados.
MODESTY BLAISE era un producto surgido al calor de 007, como "El Santo" o EL CEREBRO DE UN BILLÓN DE DÓLARES; ahora que ha pasado el tiempo tienen su encanto, pero no ocultaban su vocación de aspirantes a la próxima franquicia, claro..
Un saludo...

David dijo...

Jajaja... como no me considero ni cinéfilo (a ti sí te lo considero, que lo sepas; y en mi libro eso no es una virtud)... ni siquiera me considero "espectador medio"...me suelo poner en las primeras butacas ;-)
Su etapa americana tiene títulos majos, sí. Su etapa inglesa también.
Vi cada película del ciclo dos veces...así que no sé cuándo lo volveré a revisar...

David dijo...

Ah! Las vi dos veces por motivos "laborales", aclaro. Algunas ganaban incluso en el segundo visionado...otras, no (no ganaban ni en un primero, así que imagínate volver a verlas al día siguiente).

dvd dijo...

Pues te reconozco el mérito. A mí me cuesta horrores ver una película dos veces en tan poco tiempo...

Mister Lombreeze dijo...

Si "The Go-Between" es lo mismo que "El mensajero", entonces yo también creo que es la mejor película que he visto de Losey, director del que, por cierto, no soy muy fan. Es que yo soy de David Lean y usted de Julie Christie. Es cierto que es una mezcla muy equilibrada entre el folletín y la denuncia social. Ese pequeño Miguel Strogoff no sabe dónde se mete. Lo que me gusta muy poco es la banda sonora.

dvd dijo...

Reconózcame que es mejor ser de Julie Christie que de David Lean... ¡¡¿o no?!!...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!