sábado, 23 de febrero de 2013

Vida prócer: El cine de Hong Sang-soo #6



El sexto film de Hong Sang-soo, sólo un año después, también fue nominado a la Palma de Oro en Cannes; y, coleccionando nominaciones, el director coreano se afanaba, poco a poco, en pulir su particular visión del cine y de la vida. Aquí aparece más Rohmer que Truffaut, un poco menos de Woody Allen y algo más de "cine dentro del cine" para acentuar la validez de los sentimientos reales sobre los imaginados, algo que luego directores como Raya Martin han sublimado con mayor radicalidad. GEUK JANG JEON (UN CUENTO DE CINE) empieza con una sutil vibración, casi imperceptible; ¡la ficción en el cine de Hong Sang-soo! Si nos damos cuenta, tanto mejor, pero en realidad no importa demasiado. La primera mitad es una película que el "verdadero protagonista" (cruel y angosta ironía) está viendo en un cine, lo que nos es mostrado en un elegante juego de sonidos: Suena una música, luego baja de tono, vemos la puerta de la sala de cine y, al abrirse ésta, la música vuelve a subir ¡Magnífico! Ya estamos en la vida real y sin gastar un duro... Luego la cosa pierde un poco de interés, porque Hong Sang-soo se limita a coordinar paralelas: El tipo que sale del cine es un aspirante a director (lo que ya comienza a ser, más que recurrente, obsesivo) que se cruza con una chica, la cuál intuimos que es la actriz que acaba de ver; este muchacho es un poco rarillo, y entre interminables comidas con amigos inquietantes y paseos a ningún lado, aborda a la chica, primero para conminarla a que protagonice su primer gran proyecto, aunque todos sabemos, Hong Sang-soo sabe, y hasta la chavala creo que no se resiste a hacerse la tonta, que toda eterna jerga esconde siempre el mismo propósito: el polvo. Dos cuestiones sobrevuelan el ambiente tras el final: ¿Por qué la obsesión enfermiza por el Marlboro? y sobre todo ¿Por qué compran calamar seco en kioskos callejeros para llevárselo a casa en una bolsa de plástico negro?... ¿eh... eh?
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!