domingo, 28 de octubre de 2012

Rincón del freak #82: Cuando la dignidad se metamorfosea en vergüenza ajena



Hay una muy fina línea entre una historia de superación personal y el folletín descaradamente exploitation. Una línea que, o se tiene un agudo sentido del humor (léase Monty Python, por ejemplo) o es mejor no cruzar, bajo el riesgo de cometer el más insensato de los ridículos. Hay muchos casos, incontables, en los que el cine ha aprovechado una situación personal dramática para perpetrar las más diversas fechorías artísticas. Enfermedades, deficiencias y padecimientos varios puestos al servicio de una propuesta artística nula y con el único afán de usar esto como reclamo, aprovechando la habitual plañidería de un público impúdicamente voyeur, que no duda en anteponer el "cómo" al "qué". Por supuesto, si a todo esto le añadimos que el protagonista sea un tierno infante... la sopa está servida. Un escueto ejemplo es la producción canadiense THE BLUE BUTTERFLY, en la que se nos cuenta la historia ("basada en hechos reales"... ufffff) de un niño al que diagnostican un tumor cerebral y cuyo sueño es atrapar una Blue Morpho, una rarísima mariposa de color azul que apenas puede encontrarse en selvas tropicales. Resumiendo, la madre del muchacho se planta en casa de un entomólogo de prestigio y este no duda en irse con ambos dos de excursión al Amazonas. Luego hay una eterna sucesión de planos "National Geographic", que no necesitaban de un trasfondo dramático; mientras que al pobre William Hurt le ponen a corretear por la selva con el niño encima (bastante tírrico, por cierto). La probabilidad de encontrar la mariposa es apenas la de que te toquen un par de primitivas, pero el tesón de una madre coraje, que "convence" con sus encantos al cada vez más mosca entomólogo (chiste fácil), todo lo puede; así que terminarán encontrando al bicho de las narices y colorín colorado. Resumiendo: demasiada pamplina para un lacri-show de sobremesa por cable.
Saludos desde la crisálida.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!