martes, 16 de octubre de 2012

Donde está el corazón



Muchos coinciden en señalar DONOVAN'S REEF como uno de los más exquisitos divertimentos filmados por John Ford, y tuvo muchos a lo largo de su dilatada carrera. No es sólo el idílico paisaje del Pacífico, donde ex-combatientes han encontrado la paz y la felicidad; ni la estupenda demostración de socarronería con los "visitantes", que creen llegar a un lugar semisalvaje y se topan con un grupo de personas conviviendo en armonía. En realidad, lo que distingue a esta magnífica película de otras que intentan llegar a ese tono (sin lograrlo) de irrealidad cotidiana es que no vende humo, ni se preocupa por ser coherente con sus propios preceptos. Lo que interesa a Ford no es "lo político" (sea correcto o no), sino "lo humano". Así que es una soberana soplapollez ponerse a decir: "no, es que son todos unos vividores que se aprovechan de los pobres lugareños"... Más que nada porque incluso podría ser eso ¿por qué no? ¿Es que hay una vara de moralidad en alguna filmografía que yo me esté perdiendo? Yo no comparo; me siento a ver DONOVAN'S REEF con el mismo placer que una comedia de los hermanos Marx o una peli de Jerry Lewis. Y claro que hay puñetazos por y en la cara; y los tipos como John Wayne (de los que ya no hay) le cogen el culo a las señoritas bostonianas con el pretexto de darles una azotaina; y fuman puros, beben cerveza a raudales, cantan... y hasta tienen tiempo para decirle a los niños: "Cuidado, no vayáis a terminar como nosotros", aunque a uno no le hubiese importado terminar como estos puntos, disfrutando de la vida y sin caer en ningún tipo de doble moral; porque moral no hay más que una, y es la de cada uno. Para ir terminando, y sobre todo para los que aún no hayan visto esta entretenidísima película: dejen las pajas mentales a un lado, prepárense un gin-tonic con pistachitos y rásquense el culo cuanto deseen... ¡Esto es John Ford!
Saludos Pacíficos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!