lunes, 22 de octubre de 2012
Tiempo que no vuelve
Es un reto francamente complicado el impregnar la película "rodada" de la especial mirada infantil; ver el mundo como sólo lo ven los niños, con su inocencia, su angustia por no sucumbir a la razón adulta... Es difícil porque lo que para un niño es importante no lo es para un adulto; lo es porque las películas las hacen los adultos, porque "lo infantil" a veces es confundido con "lo intrascendente"... como si importara "lo trascendente". Y en ese reto fue rodada YUKI & NINA, un insólito paseo por el imaginario infantil sin onirismo ni artificio, puede que buscando un imposible equilibrio entre la mirada adulta y la infantil, sin ceder definitivamente la palabra a ninguno de los dos y respetando una cierta distancia moral, ni juzgando ni defendiendo, sino observando. La historia es simple. Dos niñas, amigas inseparables, se enfrentan a una dolorosa disyuntiva: los padres de Yuki (francés y japonesa) se van a separar, y la madre va a volver a Japón con Yuki, que no puede soportar la idea de dejar atrás para siempre a su amiga, que es su mundo. Y entender esta lealtad incondicional, tan extraña a los intereses adultos, supone el reto más importante para el tándem Girardot/Suwa, donde la "realidad transformada" del director japonés encuentra fácil acomodo con el magnífico trabajo de Girardot con los actores, especialmente las dos niñas, cuyos encuentros nunca parecen impostados, sino que tiran de toda la naturalidad de quien se conoce desde siempre; y desde siempre, para un niño, no tiene por qué ser tanto tiempo. Podríamos aprender de películas como ésta a ser más tolerantes, a no dar por sentadas todas las amrguras con las que la vida nos obsequia. Puede que incluso a ser felices... y eso sí que es más complicado...
Saludos a mi pequeña...
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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