martes, 28 de junio de 2011

En lo profundo de la selva



El tailandés Apichatpong Weerasethakul se alzó el año pasado con la Palma de Oro del festival de Cannes, algo que los cinéfilos celebramos ampliamente por lo que de aperturista tuvo dicha decisión; no, sin embargo, geográficamente (que es lo que podría parecer en principio), sino en el plano puramente narrativo, el gran y verdadero descubrimiento que ha supuesto la irrupción de este joven director en el panorama del cine de amplias miras y compromiso con su tiempo. UNCLE BOONMEE... ha sido una pequeña gran conmoción, la constatación de que se puede seguir labrando un camino hacia terrenos inexplorados; pero hoy hablaré un poco del film que puso sobre aviso a la crítica internacional sobre el que hoy día es uno de los creadores audiovisuales más importantes a nivel mundial.
TROPICAL MALADY ponía ya de manifiesto la complejidad formal de su cine, contrastando con una claridad expositiva simplemente deslumbrante y capaz de mantener la atención del espectador, siempre a la expectativa de nuevas sorpresas, las cuales abundan a lo largo de las convulsas dos horas de esta inolvidable experiencia fílmica. Aparentemente escindida en dos partes (aunque yo me inclino más por el concepto de muñecas rusas), en TROPICAL MALADY la mano maestra del narrador nos introduce desde un banal amorío homosexual entre el soldado Keng y el campesino Tong, su inocente periplo por la ciudad, hasta su llegada al apartado pueblo natal de Tong, donde una vieja (su abuela, suponemos) les recetará ensalmos para mantener viva la llama del amor y la felicidad, al tiempo que les advierte de que una bestia sobrenatural ronda por las noches y mata a las vacas. En un último giro narrativo, nos vemos inmersos de repente en la inquietante y fascinante historia de un soldado que se ha adentrado en el bosque para encontrar y matar a la bestia, aunque lo que encontrará superará su imaginación.
Necesitaría un despiece mucho más amplio y minucioso del que suelo realizar en este blog para explicar (intentarlo al menos) los múltiples recovecos de este impresionante film, que da una idea de la imparable inventiva de su creador si convenimos en que está algún punto por debajo de UNCLE BOONMEE..., a la que aludiremos antes de lo que piensan.
Saludos tropicales.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!