La noticia saltaba ante ojos medio incrédulos: James Cameron llevaba ya un tiempo rodando la continuación. Una vez estrenada, los mismos ojos se abrían de par en par: AVATAR: THE WAY OF WATER estaba nominada a los oscar... a mejor película. Los casi 200 minutos de esta película/videojuego/sacada de chorra discurren a lo largo de una planicie argumental aún más acusada que en su predecesora, lo que ya me parece un logro, a la inversa, pero logro al fin y al cabo. Todo ocurre en esa liquidez entre fluorescente, tropical y acordada, como si verbalizáramos una "familiaridad de la extrañeza. Insisto, no busquen nada parecido a un argumento, mucho menos uno original; a Cameron todo eso de narrar le parece una chorrada, y prefiere golpear los bajos instintos, aunque te duelan las retinas y te sangren los tímpanos. Lo voy a repetir: estaba entre las nominadas a mejor película. Lo único que puedo llegar a defender es el apartado técnico, y más concretamente en la última hora, que es la dedicada a la batalla en el mar, que a lo mejor es demasiado poco para un videojuego y muy mucho para el cine, ustedes me entienden. Es lo que es, y es para quien es; empeñarse en emparentarla en departamentos que no pueden corresponderle es no ya un error, sino una pérdida de tiempo.
Como curiosidad añado: es tan artificial que ni mi talasofobia se ha visto afectada...
Saludos.
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