lunes, 12 de junio de 2023

Porque es un muchacho excelente 3


 

El tono, el tono. O algo así me imagino que debía pensar Simon Curtis, al desaprovechar la oportunidad de acercarnos el secreto mejor guardado de A.A. Milne, que es cómo concibió la serie de libros de Winnie the Pooh. Es una lástima, porque GOODBYE CHRISTOPHER ROBIN tiene, además de una buena historia, buenos intérpretes y un muy buen guion, pero el tono es tan disperso, tan dubitativo, que ni siquiera parece un retrato biográfico, sino una crítica ajena a su propia circunstancia. Lo es, en un momento particularmente oscuro, con los traumas que acosaron a Milne durante toda su vida tras sobrevivir a la WWI. Tanto como la relación con su antipática y caprichosa esposa (cero química, por cierto, entre Margot Robbie y Domhnall Gleeson), encantada con la fama adquirida, pero no tanto con su hijo, un Christopher Robin igualmente relamido, al esperar el nacimiento de una niña. E imagino que como gran piloto de una serie biográfica habría funcionado mejor, lo que puede no ser una casualidad, al provenir Curtis de dicho medio. De hecho, ni siquiera concibo un público potencial, porque es demasiado circunspecta para los chavales y demasiado atolondrada para quienes esperásemos una vuelta de tuerca moderadamente ingeniosa.
Intrascendente, sería la palabra.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!