En NORTHERN PURSUIT, de nuevo se erigía Errol Flynn en héroe contra la amenaza nazi, esta vez encarnada en un malvado espía que llega hasta Canadá en un submarino. Aparentemente es la típica película de buenos y malos, con todos los tropos del género de espionaje, pero en el que se ensaya una curiosa vuelta de tuerca con su protagonista, que pasa de héroe a villano, redimiéndose en el tramo final. El antagonista era Helmut Dantine, actor de origen austríaco, que se especializó en este tipo de papeles, y que daba la réplica a Flynn con acierto. Una película muy entretenida, con un nevado Canadá totalmente reproducido en estudio, una maravillosa banda sonora a cargo del habitual Adolph Deutsch y algunas escenas francamente espectaculares, como una persecución en esquís que luego tantas veces hemos visto en títulos más conocidos.
Saludos.
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