Sé que la pregunta es recurrente, incluso cansina. Pero ¿hacía falta una película como DA SWEET BLOOD OF JESUS? Spike Lee pensó que sí, y se puso manos a la obra para terminar elaborando un juguete caro, demasiado para lo que finalmente ofrece, que no es más que un extraño "remasterizado" sin apenas una sola idea original que aportar. Y no es una mala película, porque Lee siempre ha sido un cineasta con un talento para la composición extraordinario, pero es imposible que este film se desprenda un milímetro de su rendido y ensimismado homenaje. Es demasiado larga, demasiado lenta, demasiado recatada, y demuestra un par de cosas, como que ser distinto es un riesgo que muy pocos asumen, o que la originalidad se basa en auspiciar dicho riesgo como rasgo inequívoco e identitario.
Casi nadie la vio hace una década, y aún es uno de los títulos más desconocidos de su director.
Saludos.
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