Es inevitable que ESCAPE ROOM: TOURNAMENT OF CHAMPIONS caiga en la repetición. De nuevo el mismo motivo y los mismos engranajes, pero ya sabidos de la original, por lo que apenas pueden funcionar un par de sorpresas, que curiosamente no pertenecen a las pruebas y la forma de solventarlas, sino al diseño de las mismas. Lo único por lo que merecería la pena ver esta continuación es por lo improbable de descifrar de dónde provendrá el peligro, cada vez más enrevesado y surrealista. Hay un intento de justificación, una subtrama que explica mínimamente qué es realmente esa misteriosa organización, encargada de las mortíferas habitaciones. Unas habitaciones con diseños sofisticados, pero que no son suficiente para hacer olvidar unas interpretaciones previsibles y un endulzamiento de la trama. Se puede ver, sobre todo si no se ha visto la primera parte; de no ser así, la franquicia está más que agotada.
Saludos.
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