miércoles, 4 de noviembre de 2020

Morir por las letras


 

Otro de los títulos capitales protagonizado por Sean Connery es, no me cabe duda, THE NAME OF THE ROSE; una de esas películas que tenían todos los papeles para terminar siendo un desastre, y sin embargo fue un éxito en su momento, y el tiempo ha colocado en un lugar cuasimítico. Y es necesario indicar lo arriesgado de pretender poner en imágenes la intrincada y exigente novela de Umberto Eco, aunque curiosamente también haya sido un gran éxito de ventas, sin que podamos explicar dicho fenómeno, y por mucho que lo celebremos. Quien la haya leído, es posible que se sienta ligeramente decepcionado al ver el film de Jean-Jacques Annaud, un director capaz de aunar destellos de genialidad y de una pedantería insoportable, aunque el abordaje completo de la novela habría necesitado de otro formato, como el de miniserie. Annaud prefiere posicionarse (y hace bien) en la trama detectivesca protagonizada por Guillermo de Baskerville, uno de los personajes más fascinantes del siglo XX, y su discípulo, el joven Adso de Melk. Ambos, franciscanos, llegan a una abadía benedictina en Italia, atendiendo al llamado de su abad, tras el misterioso asesinato de uno de sus integrantes, hecho que sólo podrían atribuir a la intervención del mismísimo diablo. Así, se desarrolla una absorbente narración, trufada de motivos que nos trasladan a aquel oscuro siglo XIV, y que contiene un mensaje sobre todo lo demás, y que cobra todo el sentido en la figura de este monje-detective: sólo la razón puede conducir a la verdad, porque una verdad absoluta, y seguida ciegamente, no hace más que desviar la atención de lo que, efectivamente, está ante nuestros ojos...
Maravillosa.
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!