Y si de romper lanzas se trata, vuelvo por mis fueros para reivindicar una película que en mi opinión ha sido injustamente tratada. THE 13th WARRIOR es uno de esos títulos que uno recuerda envuelto en un halo de indiferencia, asomando por un fondo de catálogo en cualquier dvdstore de los de entonces, y hundida sin que casi nadie la haya reclamado desde su estreno, allá por un 1999 que nos parece ya tan lejano. Sin embargo, la falta de pretensiones hace que sea necesaria una revisión, más que nada porque yo he visto cosas mucho menores desde entonces y nadie ha dicho nada. Como tampoco se dijo nada de la barrabasada de Michael Crichton cuando decidió, con la película ya rodada, que el proyecto era suyo, que había que cortar por no se sabe qué motivos, y que John McTiernan pasaba a ser un mero figurante. Afortunadamente, el material de McTiernan era lo suficientemente poderoso como para ser un desastre, pero algunos nos preguntamos qué habría sido de este film de haber tenido al menos media horita más. Al final lo que queda es una cinta de aventuras a la vieja usanza, con un guion que no inventa nada pero se va desarrollando con gran eficacia. Y no era fácil, partiendo de lo inverosímil de enclavar a Antonio Banderas, con turbante, en tierras vikingas en una Edad Media oscura y brutal. La película se parece a la novela de Crichton "Devoradores de cadáveres" como un huevo a una castaña, y su fraseo es más primario y menos detallado, precisamente dos de los grandes valores del cine de McTiernan, que suele ir al hueso y dejarse e rodeos. Luego, es verdad que el argumento es arquetípico, con el extranjero que llega para echar una mano, casi por casualidad, a una amenaza que se intuye terrible. Lo mejor, como suele suceder, es el sentido de la oportunidad, un ritmo que no decae y un saludable sentido del humor, donde se nota que tampoco hay que tomársela al pie de la letra.
Merece la pena echarle un vistazo y pasar un rato de entretenimiento sin más.
Saludos.
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