sábado, 30 de enero de 2016

La gusanera



Se nos van dos maestros más del séptimo arte. Scola y Rivette, dos concepciones absolutamente diferentes de afrontar el cine como materia. Dos cineastas fundamentales. Me da que pensar, que el cine de Bruno Dumont, aun en su cerrazón estilística, tanto le debe a ambos; al primero por su negativa al "embellecimiento" inane de las imágenes, y al segundo por la búsqueda incesante de la imagen "virgen", no filmada. Iremos con ellos, pero ahora toca Dumont, toca FLANDRES, que obtuvo el Gran Premio del Jurado en Cannes'06 y que causó un gran revuelo por el escabroso punto de vista del cineasta francés sobre el intervencionismo bélico. Ya es un acontecimiento que Dumont rodara en Túnez, puede que recreando otro país, Afganistán quizá; hecho que escinde el film en dos y le resta, a mi modo de ver, gran parte de la tensión creativa que componen sus grises parajes del Norte de Francia. Aunque todo parte de la región que da título a la película, un aburrido no-lugar rural en el que los jóvenes apenas dejan pasar el tiempo entre la banalidad y la inacción. Dos de ellos, hastiados, deciden alistarse en el ejército; atrás queda una chica (bastante ligerita de cascos, todo hay que decirlo) que solía intimar con ambos... indistintamente.
Encuentro un problema insalvable en FLANDRES que me impide juzgarla benévolamente. Hay dos películas, el magistral retrato de una juventud abocada al vacío, y que el autor profundizó mucho más en su debut, LA VIDA DE JESÚS. Y por otra parte, el drama bélico, muy crudo, muy bestia y muy seco, pero que es otra película distinta a la que se pretende sumar como un todo que desgraciadamente no termina de funcionar. Así, FLANDRES es un compendio de fogonazos, más o menos inspirados, que igual toma de los dos directores arriba mencionados como de contemporáneos, y se me ocurre Villeneuve, por ejemplo, y su magnífica aunque también irreconciliable INCENDIES.
Una película eminentemente desagradable, con unos personajes inabordables y un par de secuencias de las que te quitan las ganas de cenar. Puro Dumont, vamos...
Saludos

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!