sábado, 7 de febrero de 2015
Me hago viejo
Ustedes dirán que no, pero yo me estoy haciendo mayor a marchas forzadas. A ritmo de carcamal, que diría otro. O no sé dar otra explicación a ese curioso hecho gracias al que he constatado que no consigo entender según qué película, por mucho que me la expliquen, ni por mucho que me la masquen. Para mí no tiene sentido que una película que se supone que es de terror me dé ganas de bostezar y de mirar a un cuadro muy bonito que tengo en el salón de mi casa; sí, igual que una peli de Malick, que es a lo que se parece esta HONEYMOON, hasta que nos damos cuenta de que ha pasado más de una hora de anuncio de compresas y ya nos hemos olvidado de qué iba la cosa. Pero vaya, que yo la resumo: La luna de miel la pasan estos dos imbéciles en una cabaña donde él se pone pinocho y ella le retira con un suave empujoncito; como decía, tras una hora ella se queda seria y dice que algo pasa por las noches, pero parece una linterna no más... Muy poquito para tanto rollo, diría yo... Es más ¿qué se supone que van a castigar ahora con la susodicha manía de la moraleja yanqui? Porque estos están ya debidamente sacramentados. Será el empalme constante de él o el camisoneo de ella... No sé, es muy raro todo, y, cómo no, también salen personajes y luego ya no... Estos guionistas moernos...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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