martes, 3 de febrero de 2015
Tacos y tapetes
Ya no repito más lo de que este blog no sirve demasiado para los homenajes. Pero como lo que no podemos dejar de ser y estar es agradecidos (Rosendo dixit), no íbamos a dejar pasar la oportunidad de mostrar nuestra gratitud a Amparo Baró, recientemente fallecida y con una larguísima carrera que se remonta nada menos que a 1960; aunque, es cierto, con pocos papeles protagonistas. De hecho, no estoy muy seguro de que su pequeña intervención en SIETE MESAS DE BILLAR FRANCÉS sea de lo más relevante que ha hecho, pero (asómbrense) le dio para ganar un Goya, que no digo que no fuera merecido, sino que tampoco parece una gran actuación comparada con otras suyas. Como tampoco creo que sea ésta una gran película; ni lo pretende, ni lo consigue, y creo que ni lo roza de lejos. Se trata de una película "typical Querejeta" (no de su padre, que ese es otro cantar, aunque aquí también produjese), término que se me acaba de ocurrir como ingrato eufemismo para encubrir un no-estilo caracterizado por dos elementos fundamentales: contar historias que no le importan a nadie y conseguir que sus actores, sean quienes sean, se comuniquen todos exactamente igual entre ellos, que vendría a ser con la misma pasión con la que pedirían medio kilo de acelgas. Sí, a mí me gusta Bresson... pero no es el caso. Esto va de unos billares y de una señora que quiere reabrirlos, pero no podría jamás hacerlo si no fuese calibrando el entente que ha de llevarla a reunir a un montón de viejos amigos. Mientras tanto, se distancia de su marido porque es un policía corrupto, asunto que la directora y David Planell resuelven en cinco minutos.
Esto no es EL BUSCAVIDAS... No es EL COLOR DEL DINERO... Y ni siquiera es Bresson... Si la quieren ver que sea, al menos, por Amparo Baró, pero ya les digo que sale poquito...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
La filmografía de la hija de Quejereta no me gusta demasiado. Salvo "Cuando vuelvas a mi lado", todas sus películas me parecen eso... Que no interesan a nadie. Y esta es un "ni fu ni fa" total.
Para mí es simplemente bochornoso que siga haciendo cine como si en realidad aportase algo. De hecho, su concepto de "seriedad" pasa precisamente por eso, estar serio todo el tiempo.
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