No me atrevería a opinar abiertamente que HELLRAISER: HELLSEEKER (la sexta, para entendernos) sea la peor película de la franquicia, pero debe ir bastante por ahí. Lo de la configuración del lamento, a estas alturas, parece ya un chiste lejano, perdido entre las sombras de una recóndita oficina de la Dimension. Estructura, apariencia y ejecución de telefilm barato, con un guion que amontona los clichés hasta tocar el techo. Con una música que eterniza el concepto random. Con unas interpretaciones, éstas sí, lamentables; porque el protagonista parece a punto de reírse cada vez que debería estar aterrorizado, porque Ashley Laurence sale menos que Pinhead, y porque Doug Bradley, pobrecillo, intenta otorgar dignidad a un batiburrillo infumable y olvidable, de nuevo una especie de thriller esotérico de los que tan de moda se pusieron a principios de los dosmil. Ni siquiera tiene algo de sentido del humor, ni siquiera es capaz de ofender y algunos de los contados efectos especiales son como de anuncio de turrón El Lobo... Mal, muy mal.
Saludos.
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