Siguiendo con el buceo en anteriores ediciones de Sitges, me encuentro con VAN DIEMEN'S LAND, un curioso film australiano de 2009, que recrea la supuesta odisea de Alexander Pearce, que a principios del siglo XIX escapó de la durísima prisión de Mcquire Harbour, en Tasmania, tan sólo para encontrarse, junto a otros cinco fugados, con un terreno inhóspito e inacabable. El motivo por el que Pearce fue encontrado, varios meses después, totalmente solo, pueden imaginarlo. La historia es truculenta aunque previsible, y la atmósfera de desconfianza y opresión crecientes está bien lograda, pero su ritmo, cansinamente contemplativo, le va restando empaque, hasta dejarla en una curiosidad bien filmada, con excelentes planos panorámicos del infierno verde. Los actores, convincentes, van tejiendo poco a poco los recelos entre prisioneros ingleses e irlandeses, hasta llegar a un clímax extrañamente anticlimático, que desecha cualquier elemento sorpresivo. Un film, ya digo, sólo para espectadores pacientes y curtidos, que no tengan miedo de largos planos sostenidos por una voz en off ¿He dicho Malick?...
Saludos.
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