Me he enterado del reciente fallecimiento de Agustí Villaronga, un director que siempre me ha interesado, y cuyo cine, hierático y obsesivo, creo que no ha llegado a ser comprendido en plenitud. Villaronga es poseedor de una mirada turbia y algo retorcida, que ha desembocado en un puñado de films que creo que han ido ganando con el tiempo, a medida que se han desvelado las muchas influencias de las que ha sido responsable. Y pocos debuts se recuerdan en nuestro país como TRAS EL CRISTAL, un relato que parece suspendido en el tiempo, o como indica su excelente plano final, encapsulado para ser observado desde fuera. El guion, firmado por el propio director, nos lleva hasta un desvencijado caserón, donde un antiguo doctor nazi, refugiado en algún poblado español, sobrevive en un aparatoso pulmón de acero, único sustento posible tras un fallido intento de suicidio. Atormentado por sus crímenes, y con la única compañía de su mujer y su hija, no puede imaginar el vuelco que dará su ya precaria existencia con la llegada de un joven, un nuevo enfermero, que sin embargo guarda un oscuro secreto.
Película embadurnada de un "bello feísmo", a mí me parece una obra inclasificable, capaz de oscilar del terror físico al psicológico, y del thriller de venganza a un erotismo enfermizo. Más preocupado de firmar con trazos impresionistas, que de elaborar una narrativa convencional, Villaronga se muestra sorprendentemente maduro, incisivo con su claustrofóbica mirada de ojo de pez a aquella desangelada España, cubil de cuanta rata buscara refugio de una muerte segura. Su mirada es la de un cirujano, desapasionado pero con una rabia latente tras cada fotograma, algunos de una elaboración exquisita. Hoy, a casi cuarenta años de su estreno, sigue siendo un film prácticamente invisible, y ni siquiera el tardío reconocimiento de la Academia la ha sacado de su ostracismo. Es hora, por tanto, de reivindicarla, aun siendo, ya digo, una película no apta para paladares infantilizados como los de estos tiempos de la plataforma y la advertencia de visionado.
Oscura como un plato del que desconoces su composición...
Saludos.
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