jueves, 9 de junio de 2022

Blanco sobre negro


 
La sombra de Jordan Peele es alargada, y se demuestra en la proliferación de títulos, de un tiempo a esta parte, que han explotado la excusa del relato de terror clásico para incorporar un nuevo punto de vista a la denuncia racial. Y soy de los críticos, de los que le ha visto las costuras al asunto, y que vuelve a ocurrir que el mercado fagocita y asimila como propios preceptos originalmente revolucionarios. Peele se ha adocenado, pero su legión de acólitos no ha cesado de crecer cada temporada, y el título de hoy, MASTER, puede llevar a equívoco, porque ésta sí me parece una película notable y que es capaz de ensayar una voz propia y menos normativa. Si nos atenemos a su argumento, la joven directora y guionista Mariama Diallo no parece entonar nada que no hayamos visto antes. Se trata de un típico relato de fantasmas, en este caso en una prestigiosa universidad, de pasado supremacista, que intenta adaptarse a los nuevos tiempos con una decisión insólita: nombrar a una rectora negra. Al mismo tiempo, seguiremos a Jasmine, una joven y prometedora estudiante recién llegada, también negra, que poco a poco irá descubriendo que el sitio de sus sueños lo será de sus pesadillas. Y es necesario mezclarlo todo, el elemento terrorífico, el racial, e incluso el que me parece más inteligente, y que invita al espectador a estar muy atento a los detalles que aparecen incesantemente en cada escena. MASTER se desmarca así del trazo grueso, y propone una denuncia sumamente sutil, con una narración que parece desarticulada, pero que yo veo como ambiciosa en lo formal. Basta con un ejemplo de percepción alterada, mientras dos personajes hablan de algo que parece muy importante, y al fondo, sin que lo veamos con claridad, "alguien" barre el suelo y el sonido de la escoba prácticamente toma parte de esa conversación. Maestros, siervos, aspirantes en un sistema de valores inalterable, que se puede disfrazar pero no cambiará en esencia. 
Les gustará sólo si se olvidan de títulos anteriores; si no, les parecerá más de lo mismo.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!