martes, 23 de marzo de 2021

Como una mula


 

En THE RIDER, Chloé Zhao realiza un asombroso acercamiento al rudo e inaccesible mundo de los rodeos, para terminar ofreciendo un hermosísimo poema de amor hacia la imposibilidad de realizar lo que uno más ama en este mundo. Brady era jinete de rodeos, hasta que un terrible accidente lo dejó al borde de la muerte. Milagrosamente rehabilitado, vive gracias a una placa en la cabeza; pero, pese a las recomendaciones de los médicos, sólo alberga una obsesión: volver a montar. Contado así no parecería gran cosa, pero hay que tener en cuenta el férreo trabajo actoral, ya que su protagonista, Brady Jandreau, es en realidad jinete; y de hecho, también aparece su familia en la vida real, y ni mucho menos como meros figurantes. Brady visita la tumba de su madre y a su amigo Lane, prácticamente paralizado por una caída de un toro salvaje, y a diario se debate entre cuidar a su hermana Lilly, que sufre una incapacidad intelectual, solventar los problemas económicos causados por la ludopatía de su padre, o mandarlo todo al cuerno. Es éste un film que conviene paladear con paciencia, sin muchos aspavientos, y sin querer encontrar grandes hallazgos. Aun con sus tremendas imágenes, hay más alma en lo que no se ve, en la mirada limpia de Brady, en sus dudas, en ese maravilloso final que no acaba como ningún western lo haría. Quizá porque no estamos exactamente ante un western, o porque su directora tiene un talento narrativo descomunal.
Maravillosa.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!