OUT OF THE FURNACE, de 2013, fue la película de Scott Cooper que se me pasó totalmente por alto en su momento. Subsanado el hecho, me confirma un par de cosas: de nuevo la cualidad de este señor para rellenar cada ángulo de cada escena de una gravedad casi insoportable, sin que sea esto una rémora en sí, claro; pero peor es la extrañísima sensación de que se trata de una película muy bien filmada, pero empeñada en tirarlo todo por tierra. Los actores están muy bien, intensos en el trío Bale/Affleck/Harrelson, pero de nuevo muy por encima de unas líneas de diálogo que rozan el manual neorrealista, aunque adaptado a un realismo social norteamericano. Y además hay tono de thriller, y además los personajes están siempre en el límite, como si no existiera término medio alguno. Y además hay un accidente de coche (ustedes saben lo mucho que odio el recurso del accidente de coche) como argumentario central e inesperado, pero que, pensado bien, no tiene ningún maldito peso en el devenir de la historia. Historia, dicho sea de paso, con unos baches de guion horribles, como hipidos; algo que queda de manifiesto en sus excesivas dos horas de duración, que van del letargo a la catarsis sin solución de continuidad. Hay un momento en el que todo parece encajar, para seguidamente optar por el manierismo facilón. Y todo con otro elemento incomprensiblemente desaprovechado, la excepcional fotografía de Masanobu Takayanagi, en el que considero su mejor trabajo en colaboración con Cooper.
¿Mal film? No, pero como he dicho cada vez que veo una peli de este señor, lo tenía todo para ser una maravilla...
Saludos.
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