viernes, 5 de marzo de 2021

Reivindicando (desde) la anomalía


 

Vayamos por partes. Oí hablar de LOVECRAFT COUNTRY un poco de pasada, como una más de las series que componen el extenso catálogo de HBO. Luego, en uno de esos bombardeantes trailers, me pareció que no podía haber mayor extravagancia que mezclar el imaginario del de Providence con un argumento (por ahí andaba Jordan Peele) basado en la problemática racial (racismo, sin eufemismos), que en Estados Unidos parece no acabar nunca. No la tuve muy en cuenta, pero pasó algún tiempo y vi que no eran pocos los que le dedicaban comentarios elogiosos, así que me dispuse a ver sus 10 episodios con una pregunta preconcebida sobre la cabeza ¿No era genial subvertir la narrativa comprometida, denunciar la hipocresía racial estadounidense, tomando como punto de partida a un autor que nunca ocultó su recelo hacia razas más oscuras que la suya? La respuesta es sí. Luego toca hacer una buena serie, y ésta lo es sólo a ramalazos. El principal problema es querer aglutinar demasiadas cosas en tan poco tiempo, lo que deriva en una trama excesivamente confusa para lo poco que se cuenta. Y es que tras la oleada de referencias raciales, toca implementar el horror cósmico, y en mi opinión, si no queda de lo más forzado, sí que parece apenas una excusa para justificar la coexistencia de tantísimos opuestos. Lo que queda es lo siguiente: una serie de factura correcta, incluso con momentos interesantes, con esos personajes buscándose la vida en un "territorio hostil", y que es loable en su intento de normalización en historias que históricamente no contaban con los negros como protagonistas. Pero supongo que será culpa mía, porque yo lo de la metáfora lovecraftiana no he logrado verla por ningún sitio. Es decir, que les habría quedado más chula como ensayo de lo apuntado en films como GREEN BOOK, que es a lo que más se parece.
Saludos.

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