Cada día es más difícil sorprenderse en la era de la hipérbole reducida... ¿Que esto qué es? Pues esto es, ni más ni menos, que cada imagen, idea o concepto, queda inmediatamente reducido a una especie de gritito mecánicamente exteriorizado, para que no quede duda de que la intención era esa. Es lo más que se me ocurre tras ver WRONG TURN, una película que parece dirigida por un bot, y que aun así tiene momentos que, puede que por delirantes, a lo mejor la eleva al mismo estatus de culto que la de Fulci, aunque habría que esperar algunos años de digestión. Lo primero es que esta película se está vendiendo como un remake, o reboot, o qué sé yo, de KM. 666, un film que vi allá por su estreno, y con el que mantiene similitudes, aunque también notorias diferencias. Más allá de ponernos a destripar contenidos, no hay muchas ideas originales aquí, pero sí un constante jugueteo del guion (curiosamente, escrito por Alan B. McElroy para ambos títulos) con el "¿qué pasaría si nos vamos por lo que normalmente se desecha?". Así, el título no puede ser más elocuente, y no sólo por contar la típica historia de los jóvenes incautos que, desoyendo las recomendaciones locales, se van por el atajo equivocado, sufriendo las consecuencias. Hablar aquí de posthorror me parece como mínimo audaz, y lo único que veo es una película de género que intenta dar un pasito más allá, arriesgándose a que el giro desemboque en la ridiculez, por radical. Técnicamente está bien facturada, las interpretaciones son solventes y tiene un ritmo aceptable ¿Cuál es el problema? Pues que no puedes estar durante casi dos horas diciendo "Pero qué coño!!!"...
Se puede ver.
Saludos.
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