jueves, 2 de abril de 2020

Pata de cabra



THE WITCHER es el temible intento de Netflix de dar forma a su propio GOT. Más pendiente de ello que de elaborar un producto convincente y con entidad propia, la serie se pierde en la imposible condensación de las novelas del polaco Andrzej Sapkowski, que no he tenido el gusto de leer, pero cuyo volumen me invita a pensar que Lauren Schmidt, responsable del proyecto, apenas ha arañado en la superficie. A mitad de camino de la leyenda épica y el género de "espada y brujería", sus primeros compases se inician gozosos, en el pleno disfrute de los bicharracos (a cual más tremebundo) y la curiosidad por descifrar a qué clase de héroe nos enfrentamos. Éste, Geralt de Rivia, extrae su carácter de fuentes muy diversas, en las que incluyo a Conan, Mad Max o un Stephen Strange pasado de vueltas. El problema es que Henry Cavill, cuando desaparece la acción, es un poste inmóvil que se limita a gruñir y mirar de reojo (vaya tic raro), mientras intenta(mos) convencernos de que ese hieratismo extremo está justificado por algo que, francamente, a mí al menos se me escapa. El casting es tan fallido como infrautilizado, metiendo muchos personajes intrascendentes y derivando a los importantes hacia subtramas sin ninguna aportación al montante. Exceptuando los episodios dirigidos por Álex García López, que es el único que entiende lo del entretenimiento sin excusas, lo cierto es que la serie deja bastante que desear, y sus ocho capítulos, lejos de verse en un santiamén, se eternizan hasta lo exasperante.
Si Netflix está pensando en una continuación, más les vale ensayar otro tono...
Saludos.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Horrible

dvd dijo...

Parece una parodia, pero le falta lo más importante, no tomarse en serio a sí kisma...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!