El guion de John Huston (adaptando la novela de W.R. Burnett) vuela a toda velocidad en una historia seca, concisa, pero al mismo tiempo repleta de matices, para hacer de HIGH SIERRA una rotunda obra maestra de un cine negro sorprendentemente adelantada a su tiempo. Es la historia de un hombre que acaba de salir de la cárcel con una idea fija, dar un último golpe para retirarse. Y es Bogart encarnando a un "malo" que parece de los pocos "buenos". Es ese largo preámbulo, donde todo queda perfectamente planteado y encajado; donde este antihéroe forja su tragedia, mientras va dándose cuenta de que no puede encajar en ninguna parte, y que su destino debe ser fatal o no será. Raoul Walsh dirige con maestría el sueño acabado de antemano, la leyenda estrellada a ras de suelo, la deshumanización en cada acto de generosidad no correspondido, el amor inesperado y casi como última salida desesperada. Tanto como el demoledor desenlace. Una persecución inusualmente larga hacia ninguna parte, un último acto de resistencia, absurdamente hermoso. Es la historia de este hombre, y es una de las mejores películas de su autor (digamos Autor, con mayúsculas). Es una narración tan perfecta que podría ser un melodrama romántico, o costumbrista, o pesimista sin más. Ustedes, igual que yo, siempre la hemos conocido como EL ÚLTIMO REFUGIO, y sigue sin envejecer nada después de más de ochenta años. Vuelvan a ella, báñense de cine...
Obra maestra absoluta.
Saludos.
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