sábado, 20 de mayo de 2023

Después de la proeza


 

Después de la proeza suele quedar poco, casi nada. Apenas la sensación, abrumadora, de que quizá no hacía falta tanto para tan poco. Algo así es CARTER, enésima virguería visual proveniente de Corea, en la que el incomprensible guion queda enterrado bajo una interminable catarata de imágenes impactantes. Pero que muy impactantes. Tanto, que es prácticamente imposible encontrar algo de coherencia bajo este falso plano secuencia; al menos más allá de sus indisimulados "homenajes", obvios de tan gruesos. Queda la desvergüenza, el ya abrazado "johnwickismo" llevado al límite de lo cartoonesco, y poco más. Hay coreografías, saltos, mañas, disparos, tajos, zombis, trenes, viruses, saunas (la mejor secuencia en dos horas y cuarto) y hasta un ingenuo alegato anti-Corea del Norte. 
La puedes poner de fondo mientras hierves el ramen y no pasa nada.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!