Desafortunadamente, para repasar la filmografía de Raoul Walsh nos vemos obligados a efectuar un salto temporal de 11 años y varias películas, precisamente las que se perdieron para siempre en el gran incendio que el almacén de la Fox sufrió en 1937. De hecho, THE LUCKY LADY, que es el film que nos ocupa, fue realizado en una filial, la Famous Players-Lasky, escindida asimismo de la productora de Adolph Zukor. Es una película pequeña en intenciones, pero lujosa en cada uno de sus detalles. Una comedia de enredos muy al estilo Lubitsch, que nos situaba en un país imaginario, donde la economía depende enteramente del turismo y los juegos de azar que ocupan todas las noches de su gran casino. Pero no todo es idílico. La princesa (¿qué tendrá la princesa?) rehúsa casarse con un duque que se ha arruinado jugando, ya que dicha unión sólo responde a los intereses del primer ministro, que ha ideado un plan para hacerse con el poder tras la repentina muerte del rey. Así, se crea un endemoniado enredo "real", con la princesa haciéndose pasar por una extranjera para huir del país, el duque convertido en títere involuntario y un nuevo actor, un norteamericano de vacaciones que se enamora de la princesa, aunque en realidad se ha enamorado de su alter ego. Y todo mientras el ministro intenta dar con el paradero de la desaparecida, manteniendo una normalidad que, claro, saltará por los aires.
Una película sumamente entretenida, y que me parece un fantástico ejemplo de la facilidad innata de Walsh para operar una narración clara y rotunda, sin temor a repartos extensos o estelares. Aquí, la palma se la llevan un extraordinario Lionel Barrymore, y la bellísima Greta Nissen, que siempre tuvo una veta cómica más que interesante.
Saludos.
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