lunes, 5 de septiembre de 2022

La gran ilusión


 

Bueno, pues de regreso de unas más que relajantes vacaciones, debidamente alejadas de todo lo que se acerque mínimamente al cine, regresamos para iniciar el decimoquinto curso del blog, que se dice pronto. Y me apetecía hacerlo con una miniserie que me ha parecido extraordinaria. WANDAVISION, o cómo extraer todas las posibilidades del universo superheroico, facturando un material sumamente entretenido, que además se permite el lujo de atar algunos cabos sueltos (y tan sueltos) de la farragosa historia de lo del guantelete y eso. Lo primero que llama la atención es vernos, de repente, en mitad de una teleserie de los años cincuenta, pasar en el siguiente episodio a los sesenta (con el guiño a "Embrujada"), y así pasar por los coloridos setenta, o los, ahora tan en boga, ochenta. Esto no obedece a ninguna anécdota o sacada de chorra guionística, sino a un plan minuciosamente urdido, y en el que el espectador ha de esforzarse para ir sacando sus conclusiones, al tiempo que asiste, atónito, a unos geniales interludios disruptivos, que nos remiten a una "realidad alterada", en lugar de vendernos el artificio maniqueo de su singular estructura narrativa. Más que de muñecas rusas, yo hablaría de una metanarración encubierta, en absoluto evidente, y que se esparce en pequeñas pero deliciosas píldoras de apenas treinta minutos (otro acierto). Elizabeth Olsen y Paul Bettany están maravillosos, elevando sus interpretaciones a multitud de registros (los mismos que requiere su constante cambio de época), contribuyendo decisivamente a que WANDAVISION se gane el derecho a codearse con los grandes títulos del MCU, y eludiendo cualquier tentación oportunista. Sin querer desvelarle nada más a quien aún no la haya visto, sólo le pondría el pero de caer en un desenlace mucho más típico de lo que su original trama merecería, pero ni siquiera eso resta nada en una miniserie simplemente imprescindible.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
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