Lo primero, no se aflijan por el título, que ahora paso a explicarlo. El artefacto de hoy tiene absolutamente todo el sentido, pues es el ejemplo perfecto de película loca e incomprensible, sin pies ni cabeza, que uno se pone a ver un domingo laxo y engordado, con palomitas o sin ellas, para olvidarse de lo jodida que ha sido la semana, lo jodida que va a ser la siguiente, y el no haber podido desquitarnos con un sábado destroyer. Así las cosas, PSYCHO GOREMAN es una de esas cosas raras, que uno no sabe si tomarse en broma o examinarla con atención, pues bien podría estar ante un título de culto instantáneo, y ser el primero en descubrir estas cosas da como prestigio. Yo creo que ni una cosa ni la otra, y en el título viene la explicación. Su director, Steven Kostanski, me sorprendió gratamente hace algunos años con un curioso film de terror, THE VOID, que aunaba al Carpenter de LA COSA y ASALTO..., bajo el agradecido manto del horror cósmico lovecraftiano. Sea como sea, ha vuelto con una disparatada comedia de ciencia ficción, que se nota hecha con cuatro duros pero un entusiasmo infinito. Hay aquí trajes de látex, prótesis del chino, sangre de ketchup y una irreductible vocación por no tomarse en serio en ningún momento. De ahí, la impresión de estar viendo una batalla de híbridos, la que resultaría si Disney hubiese absorbido a Troma para derrocar a otra loquísima alianza, entre Warner y Saban... ¿Lo van pillando? Aquí está todo ello, pasado por la minipimer y dispuesto para el consumo dominical. Los Power Rangers, el Vengador Tóxico, un villano parecido a Thanos y una trama que pasa del fin del universo conocido a cualquier telecomedia familiar disneyana...
No se la pierdan.
Saludos.
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