jueves, 7 de enero de 2021

De 7 a 7


 

Por su origen irlandés, es sabida la querencia de John Ford por rodar en las Islas, hecho que el maestro se tomaba casi como unas vacaciones, y donde daba rienda suelta a los proyectos menos probables para Hollywood. GIDEON'S DAY da buena prueba de ello. Rodada en 1958, adaptaba la muy british novela de John Creasey, con la que el autor británico iniciaba una larga serie dedicada al inspector jefe de Scotland Yard, George Gideon, que a diferencia de la mayoría de policías de ficción, es un devoto esposo y padre, y profesa la religión de la puntualidad y la flema como buen caballero. Concebida en un solo día, Gideon ya lo empieza mal, levantándose unos minutos tarde, cosa que lo irrita; además, no sólo ha de enfrentarse nada menos que a cuatro casos criminales en tiempo récord, sino que debe comprar un salmón para la cena y presentarse al concierto de violín de su hija. Parece cosa imposible, pero todavía le queda tiempo para una pinta en el pub (a Gideon lo de estar de servicio se la suda) o presentarse (también tarde) como testigo de una acusación, para la que sólo se le requería una palabra: "Sí". Así, GIDEON'S DAY es una gozosa (y algo pazguata también) reinterpretación de esos policías intachables, que eran más ingeniosos que aguerridos, y que siempre parecían ir un paso por delante del malhechor de turno. Uno de los films menos conocidos de la última etapa de Ford, pero que merece la pena rescatar del olvido aunque sólo sea por ver al gran Jack Hawkins, uno de esos actores que engrandecían cada película en la que participaban.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!