sábado, 9 de enero de 2021

Mala hierba


 

WE NEED TO TALK ABOUT KEVIN es una de esas películas a las que, por razones no del todo comprensibles, perdí la pista en su momento (es de 2011), y no reparé en ello hasta hace muy poco. Cierto que oí hablar (y muy bien) de ella, y debo decir que aún estoy digeriéndola, para lo que recomiendo algún digestivo potente. Y no por la calidad, sino por la variedad de ingredientes que componen este desorbitado cuento de terror cubista, a medio camino de David Lynch y Luca Guadagnino, aunque con un toque extra y diferencial, a veces excesivo y otras casi minimalista. Esta es una película sobre la maternidad, y sobre el vampirismo de los hijos; exagerada, radical, pero no por ello menos honesta al no dejar que el foco recaiga en una sola dirección. Lynne Ramsay adapta la célebre novela de la escritora Lionel Shriver, recogiendo todo el exorcismo vital de una mujer, Eva, que es madre demasiado tarde y sin pretenderlo demasiado, aunque eso no sea más que la punta del iceberg de una deriva vital que se abre con un bebé que no cesa de llorar, un niño que es incapaz de controlar su esfínter, y un adolescente de mirada turbia y sonrisa negra. Es casi mejor adelantar lo mínimo de este desasosegante reto, por lo insólitamente antimaternal o por sus formas ásperas, rugosas, envueltas en los rasgueos de Jonny Greenwood y el celofán de Seamus McGarvey. En fin, ver a Tilda Swinton pasar del terror al desvalimiento o a la incomprensión con apenas un par de gestos.
De hecho, ni siquiera sé si recomendarla, porque pueden pasar un rato no muy agradable.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

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