miércoles, 3 de abril de 2019

¿Vuela la imaginación?



DUMBO. O quizá DUMBO 2.0... Y se me hace difícil hablar de la conversión a imagen real (aunque el protagonista no lo sea) de una película intocable, uno de esos clásicos inmortales por derecho propio. El si este DUMBO es o no necesaria no es tan importante, porque se trata de una película más de Disney, de "este Disney" que no da ni frío ni calor, sino que apenas garantiza evasión enlatada. No, el debate está en qué diablos le ha pasado a Tim Burton aparte de engordar su cuenta bancaria, porque ahora sí que puedo afirmar que no he visto por ninguna parte al autor de maravillas como ED WOOD o MARS ATTACKS! Y por supuesto que no esperaba nada a esa altura, pero sí al menos algún guiño al respetable, como esos compuestos industriales que por arte de magia albergan la capacidad de transportarnos a tiempos pretéritos y casi siempre mejores. No, a no ser (cosa que dudo) que Burton esté reculando para lograr cancha y finanzas y repuntar de alguna forma lo que ya parece irrecuperable. Burton está aburguesado desde hace tiempo, y tampoco parece importarle, porque su marca sigue cotizando en el mercado de valores ¿Y saben cuál es la única razón por la que DUMBO no es un despropósito indefendible? Es evidente: casi 80 años después, algo sigue recorriendo la espina dorsal cuando ese adorable elefantito bate las orejas y sale disparado... ¿O no?...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!